miércoles, noviembre 08, 2006

Tú, para mí


Las rosas se ruborizan cuando tú pasas
y desaparece la palidez del invierno
Tus ojos anuncian la brisa,
Por eso huyen despavoridas las borrascas
cuando alzas la mirada
Ya no hay lágrima duradera
en ningún rostro que pueda admirarte
Ya se acabó el gris,
porque sólo tú, emanas destellos que se prolongan en la lluvia, en la noche
Sólo tú bastas,
para que de esta oscuridad perpetua,
estallen cielos plagados de estrellas.