jueves, enero 18, 2007

Ella, ahora


La veo hundirse cada noche,
poco a poco,
palpitante,
regurgitando pasiones prohibidas,
renunciando a un mundo que soñó,
expirando sus logros y libertades,
su "yo" más sublime...

La veo renacer cada mañana de cerebro lavado,
vacía de voluntad,
lejos,
en una mentira constante.
Se viste de mujer capaz,
asintiendo al ajeno,
inerme, abnegada,
sometida al destino,
desierta de insumisión,
ausente,
de cuerpo presente.